Se puede realizar desde el cuarto mes hasta los nueve meses de gestación. Nos permite visualizar al feto y a su entorno, pues indica la existencia de posibles marcadores de cromosomopatías y anomalías morfológicas fetales, pero no problemas congénitos. En esta etapa, se puede medir el aumento o disminución del líquido amniótico. De ser posible se puede administrar un tratamiento intrauterino para mejorar el pronóstico de supervivencia. Este examen que demora de 20 a 30 minutos, como uno de rutina, puede ser la diferencia entre un tranquilo nacimiento y uno con complicaciones.
beneficios después del examen
Resultados inmediatos, como la edad gestacional y la fecha de parto estimada, en caso de que no se hayan definido a partir de ecografías anteriores.
- Tamaño y peso fetal.
- Detalles de la anatomía del feto.
- Imágenes.
- Grabar video / DVD.

¿En qué momento y cómo se efectúa?
Se realiza en el segundo trimestre de embarazo, en torno a la semana 20 de embarazo.
Es una ecografía normal, muy parecida a la primera ecografía, que se realiza sobre el abdomen de la mujer, mientras está tendida. No es necesario realizarla en ayunas, ni se debe beber previamente, como requieren las ecografías pélvicas. Su duración oscila entre 10 y 30 minutos. Por otro lado, en el caso de las mujeres obesas, la calidad de las imágenes puede ser un poco menor y la duración del examen, mayor.
¿Es dolorosa?
Esta ecografía no es dolorosa. El único consejo para la futura mamá es relajarse y disfrutar de la “película” de su hijo en la barriga.
¿Qué riesgos conlleva para la mamá y el feto?
La ecografía morfológica, como el resto de ecografías, no comporta ningún riesgo. Los datos recabados en unos 30 años de ecografías han confirmado la total inocuidad de esta prueba. Tanto es así, que se puede repetir las veces necesarias.
¿Qué diagnostica y con qué precisión?
- La ecografía es un examen no invasivo que identifica las posibles malformaciones fetales, tanto las graves como las leves que, sin embargo, pueden constituir la señal de algo más grave. La precisión diagnóstica depende de la preparación personal del médico y del tipo de problema, a partes iguales.
- Un estudio europeo (Eurofetus study) ha demostrado que la capacidad diagnóstica de esta ecografía se aproxima al 88,3 por ciento en el caso de las malformaciones mayores del sistema nervioso, y desciende al 84 por ciento para las renales, y al 38 por ciento para las relacionadas con el corazón y los grandes vasos sanguíneos del sistema circulatorio.
- Si el resultado del examen indica posibles complicaciones, se deriva a la futura mamá a un centro de nivel II, para proceder con una ecografía más exhaustiva o, en determinados casos, un examen más invasivo y revelador, como la amniocentesis o la funiculocentesis.
- Si la posición del bebé lo permite y los padres desean saberlo, esta ecografía sirve también para conocer el sexo del bebé, en la mayoría de los casos.